El consumo de ciruelas es tan recomendable para la salud, por sus numerosos nutrientes, que hemos decidido demostraros la diversidad de formas que existen a la hora de comerlas. De esta manera no habrá excusas para no hacerlo a menudo.
Evidentemente, la primera recomendación es degustarlas en crudo. Es la forma más natural de beneficiarse de todas las propiedades de la ciruela, pero en la variedad está el gusto y nunca está demás conocer diferentes elaboraciones con las que poder disfrutar de este delicioso y saludable fruto.
Pese a la variedad de opciones, quizá la forma más extendida de aprovechar las ciruelas es en mermeladas o confituras. Tan sólo se necesita mezclarlas con azúcar y zumo de limón. Se cuece a fuego medio hasta alcanzar la textura necesaria y listo (ver receta de mermelada de ciruela, aquí).
Otra posibilidad es utilizar las ciruelas en tartas. Aquí hay tantas posibilidades como gustos. La red está repleta de recetas dulces en las que las ciruelas son las protagonistas. Busca la que más te apetezca y lánzate a prepararla. No te arrepentirás porque, además de beneficiarte de las propiedades de la ciruela, disfrutarás del sabor único que esta fruta otorga a diferentes platos. Prueba de ello son el importante número de salsas y guarniciones que apuestan por ella. También es frecuente verla en batidos o smoothies de fruta.
Hablando de elaboraciones culinarias a partir de las ciruelas, no podíamos olvidarnos de una forma tradicional de consumirlas como son las ciruelas pasas. Se trata de una elaboración que ha perdurado a lo largo de los años y que consiste en envolverlas por completo para que se sequen durante meses. Como se dice, cada maestrillo tiene su librillo y cada persona sigue un proceso diferente, que en muchos casos mantienen en secreto para no descubrir su “truco”.
Propiedades de la ciruela
Sea como sea, lo cierto es que las ciruelas son un rico alimento cargado de propiedades nutricionales y que, además, presenta una gran versatilidad en la cocina. Entre sus componentes destaca la fibra, la vitamina C y K, el potasio y el sorbitol, entre otros.
La fibra alimentaria es necesaria para el buen funcionamiento de la digestión. Por su parte, la vitamina C es un importante antioxidante que hace funcionar mejor el sistema inmunológico y las enzimas, mientras que la vitamina K ayuda a la correcta coagulación de la sangre y los procesos metabólicos de los huesos.
Asimismo, el potasio es un mineral de enorme relevancia para las funciones del sistema nervioso, ya que consigue un equilibrio entre las células y el fluido extracelular. El sorbitol, a su vez, cuenta con propiedades laxantes por lo que resulta ideal para tratar problemas de estreñimiento, aunque lógicamente no se aconseja ingerir muchas de una sola vez.
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